Amanece y el cielo azul consuma
la pleamar del aire.
Vuelve a avivar la urdimbre de la vida
el alegre entramado de los pájaros.
Han vuelto a mí
como el naciente sol a un huerto umbrío
a traerme en la voz de aquellos días
un varado fulgor de olor antiguo,
el calor de unas brasas consumidas.
¿Y es esa luz que llega agonizante
cuanto cabe esperar
poder tocar para salvarse
antes del orto en que se agolpa el tiempo?
Amanece y ya el alba es fugitiva.
Como carne de flor me entrego al aire.
No tornaré jamás. Acaso un día
amanezca también en otros pájaros
este incendio fugaz,
este vaivén furtivo
de alas efímeras ardiendo.
Autor: Felipe Fuentes García
(*) Del libro Reflujo
Que belleza de poema, Felipe. Un poema contundente en la emoción, preciso en el lenguaje, perfecto en su musicalidad que todo lo envuelve.
ResponderEliminarUn poema que se disfruta.
Enhorabuena
Un abrazo grande
Ana
Luz musical, sutil, ardiente.
ResponderEliminarDeberías acaso seguir con este blog...
Saludos!!!
Javier
te dejo un enlace a un índice de poesía cantada:
http://sayenco.es.tl/RECITAL-_-INDICE.htm
Gracias, Ana, por tu paso por el poema y por tan favorable opinión.
ResponderEliminarRecibe un gran abrazo.
Felipe.
Te felicito por el poema y por la idea. Ha sido un momento de emoción leerte, amigo Felipe.
ResponderEliminarUn abrazo.
Óscar
Te agradezco, Javier, tu comentario y ese enlace que tan amablemente me dejas. Es realmente un índice magnífico.
ResponderEliminarRecibe un gran abrazo.
Felipe.
Te doy las gracias, Óscar, por tu lectura. Valoro mucho tu opinión.
ResponderEliminarUn abrazo.
Felipe.
Y como no comentarle poeta,siendo uno de mis temas favoritos las aves,que por cierto engalana su pluma regio con sus inspiraciones,nos dibuja paisajes
ResponderEliminarfascinantes.
Gracias, Sonia. Te agradezco tu lectura.
ResponderEliminarRecibe un abrazo.
Felipe.