Mi tenue sombra luminosa
hacia la llama
que alienta el blanco vivo.
Tal el puerto,
el venero acogiente,
el faro que en la noche me reclama,
me levanta hacia sí desde lo hondo
para durar,
para arder en su seno inextinguible.
La llama o sombra o mariposa.
El blanco vivo.
El puerto.
Autor: Felipe Fuentes García
(*) Del libro Íntimo extremo
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