Después de un viento bronco,
en la noche tardía,
permanecer sobre la tierra fértil,
apurar lentamente
las aguas manantiales
que hacia sí me convocan
y, apenas tacto,
en el roce del ala
libar al fin
la plenitud sin término del vuelo.
Autor: Felipe Fuentes García
(*) Del libro Íntimo extremo
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