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I
El vuelo. ¡Qué
ardido acabamiento
del sueño el pájaro!
II
Bullicio de hojas;
pica las moras agrias,
en vuelo, el verde.
III
La miel, la cera
en el panal del mundo.
¡Eterna abeja!
IV
Tarde en tus ojos;
retornan las cigüeñas
serenidad.
V
Fiel sigue el eco
del pájaro en los trigos;
el Sol en alto.
VI
Ecos de sombra,
las aves incendiadas
en fuga súbita.
VII
La primavera
desala, año tras año,
los colibríes.
VIII
Buscando atajos
la mariposa viene
¡desde tan lejos!
IX
Entre la nada
y tú por el sendero,
vuelan los pájaros.
X
Junto a la acequia
bordan sus trinos aves
y aves trinando.
XI
Ha vuelto a mí
un gorrión que de niño
tuve en mi mano.
XII
La rosa muere
(¡y su vida es tan corta!)
pétalo a pétalo.
XIII
Toco las plumas
del ave del arco iris.
¡Todo es ausente!
XIV
El verde-alondra.
Y el agua pone notas
bajo sus pórticos.
XV
Zumban aromas
sobre la flor batiendo
inflorescencias.
XVI
Bullen las aves
y hacen de hojas sonoras
del canto un árbol.
XVII
Aunque atardece,
todavía es la aurora
del verderol.
XVIII
En primavera
alean pensamientos
las mariposas.
XIX
Por la maleza,
entre cañas tupidas,
un aleteo.
XX
Libada, en alas,
la flor bate colores
de mariposa.
Autor: Felipe Fuentes García
(*) Del E-book Álbum rural:
maravillosos haikus voladores
ResponderEliminarun abrazo
Javier
Gracias, Javier. Saludos, amigo.
ResponderEliminarFelipe.